11. UN DÍA DE CAMPO |
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Pasada la desembocadura del arroyo Balanzonilla, el camino discurre paralelo al arroyo Linares. En sus márgenes crece una abundante vegetación formada por álamos, adelfas, juncos y otras especies características de nuestros ríos y arroyos. El lugar es muy frecuentado por perolistas y campistas que, como podrás comprobar, dejan semanalmente mucha basura abandonada.
Pocos metros más adelante tendremos ocasión de disfrutar de un viejo puente sobre el arroyo Linares, en un relativo buen estado. Se trata de una construcción de origen romano, que cuenta con un solo arco y que está levantado con bloques pétreos.
El
arco es de medio punto y su luz alcanza los 2,55 metros, en tanto que
la vía tiene un ancho de 2,26 metros. Probablemente el puente
original ha sido reconstruido en tiempos posteriores, ya que se
aprecian unas diferencias notables entre los sillares que conforman
el dovelaje, bien labrados y ensamblados,
y la rampa de acceso de la margen izquierda, realizada con cascote y
argamasa.
Si en la parada 2 comprobábamos cómo una cantera había destruido parte de la Cañada Real Soriana; ahora podemos ser testigos del cierre de otro domino público: las orillas del arroyo de Linares, impidiendo el paso a todos aquellos ciudadanos/as que quieren disfrutar del medio natural y conocer este bonito paraje.
Afortunadamente, existen varios colectivos preocupados por este tipo de "apropiaciones indebidas" que se están movilizando para recuperar estos espacios.