FRENTE DE LIBERACIÓN CORDOBÉS
Estos días me viene a la mente, de forma
recurrente, la película titulada "La Vida de Brian". La Semana Santa
tiene mucho que ver con la historia de este supuesto doble de Jesús de
Nazaret, aunque no será la religión el motivo de mis reflexiones. Me
sucede desde que pienso en el tira y afloja que mantienen entre sí los
partidarios del No a la intervención occidental en Libia y los del Sí a
esta intervención. Para identificarlos cariñosamente me referiré a los
primeros como pacifistas redivivos, por razones obvias ligadas al
rechazo a la guerra de Irak, gestada por el infame triángulo de las
Azores. Denominaré a los segundos pacifistas reconvertidos, por su
transmutación hacia posicionamientos más acordes con la resolución de la
ONU sobre Libia. Ambos han manifestado posturas enfrentadas, basadas en
presupuestos situados en las antípodas, imposibles de contrastar por el
ciudadano/a de a pie. Son opiniones al fin y al cabo, lo diga el califa
más rojo o el ecologista más verde.
Que la Tierra gira alrededor del Sol es una
verdad científica que no admite discusión. Que Gadafi es un tirano es
una verdad socialmente aceptada por casi todos/as, que tampoco admite
debate, aunque conozcamos quiénes han alimentado al monstruo. Pero lo
que no sabemos con certeza es si sus enemigos son nuestros "amigos".
Pero no amigos de nuestros hipócritas gobiernos, sino de nosotros,
ciudadanos y ciudadanas con las mismas ansias de libertad. Tal vez solo
sean un puñado de rebeldes que quieren más de lo mismo: Petrodólares
para una nueva minoría. O tal vez representen al pueblo que lucha contra
la opresión, como en otros países del entorno, a los que hay que
proteger. Si la realidad es ésta, es posible que los pacifistas
redivivos estén equivocados. Pero sus argumentos son honestos. Si es
cierto lo primero, entonces los que estarían en un error serían los
reconvertidos. Sin embargo, también tienen el derecho a expresarlo y a
que se respete su postura, sin descalificaciones generales.
Dicho esto, lo que no se les puede negar a
ninguno es el deseo de justicia y de paz para el pueblo libio. Su "No
rotundo a la guerra" iniciada por el dictador. Sin embargo, a la vista
de los comentarios en foros y blogs, parece que el odio y el insulto
entre unos y otros son la moneda corriente y fratricida. Y eso me
conduce a la satírica y desternillante película de los Monty Python con
la que comenzábamos esta colaboración: ¿A quiénes odiaban más los
militantes del Frente Popular para la Liberación de Judea, al que se
había unido Brian? ¿A los romanos? ¡No! Su odio a muerte iba dirigido
hacia el Frente Judaico de Liberación Popular, esa rama escindida y
rebelde, tan minoritaria y autista como el partido matriz.
Creo que no hay nada más triste que la inquina
entre colectivos que persiguen ideales parecidos. Lo estamos
presenciando ahora y, mucho me temo, lo vamos a ver más adelante durante
la campaña electoral. Unos contra otros, a pesar de compartir el mismo
lado de la cama ideológica en la que soñamos con un mundo mejor. Y si
nadie lo remedia durante las próximas semanas, introduciendo un debate
sereno de ideas y proyectos sobre el modelo de ciudad que queremos, ese
cordobés (o cordobesa) de izquierdas optará, sencillamente, por su
propio y patético frente de liberación. Y el 22 de mayo se quedará en
casa mirándose el ombligo una vez más.
EN EL DIARIO CÓRDOBA
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