DESPEDIDA DE CURSO
Por ECONOMÍA VERBAL, y
para no someter a esta audiencia a un agobiante baile de masculinos y
femeninos, he de aclarar lo siguiente: Donde debería decir, por
ejemplo: “Los profesores y las profesoras agradecen a los alumnos y
alumnas, y a sus padres y madres, el trato recibido”; diré: “Los
profesores agradecen a los alumnos, y a sus padres, el trato recibido”.
Creo que sobran
comentarios (y comentarias).
No sé que pasa estos días, pero tengo la impresión de que el tiempo
se ha detenido y no amanece jamás. Es como si lo hubiesen congelado,
y con él, durmiendo un sueño helado y eterno, vuestras viejas carpetas y
las interminables sesiones de tortura ante los exámenes.
Supongo
que sentiréis casi todos el mismo alivio: tras aborrecer, con cierta
ternura, la etapa que habéis quemado, miráis al futuro con el temor ante
una dimensión desconocida, pero abrigando la esperanza de guardar para
siempre la “camisa de fuerza”.
Ese nuevo día llegará. Quizás su luz esté inundando ya el final de este
curso. Serán nuevos paisajes: aulas diferentes para la mayoría y, tal
vez, algún trabajo para otros. Renovadas ilusiones y, de repente, nuevos
dolores de cabeza: más autonomía, más libertad y, por lo tanto,
más responsabilidad.
Antes
de que apaguemos las luces del salón de actos y, con ellas, las del
curso 2000-2001; antes de que atraveséis, para siempre, con vuestro
título en la mano, la cancela de este centro; me gustaría añadir algo a
lo ya dicho y trabajado, en nombre de los que, durante cuatro años,
hemos estado a vuestro lado. (Perdonadme, por reiterativo, los que me
lo habéis oído contar en clase de Ética, en alguna ocasión)
La vida es un bonito naufragio para el que solo disponemos de cuatro
tablas y un trozo de lona. Con estos cinco rudimentarios útiles hay que
mantenerse a flote y llegar a buen puerto, si es que lo conseguimos
alguna vez.
Dos de estas tablas comienzan por la letra S: Serenidad para afrontar la
vida y Sabiduría para entenderla. Las otras, me las reservo para otra
ocasión.
En el espacio y en el tiempo que compartimos, los profesores hemos
intentado, con mayor o menor acierto, edificar un poco de la segunda S
en vuestras inquietas mentes; perdiendo, vosotros y nosotros, un poco de
la primera en algunos de estos encuentros. Por esta razón podemos decir,
con ciertas dosis de satisfacción y orgullo, que os hemos ayudado
durante la difícil travesía de la ESO.
Y con
el viento en calma y el horizonte del próximo curso a la vista, quiero
agradecer la dedicación de dos buenas profesoras que nos dejan, por
traslado a su tierra, después de navegar por los mares de Sur.
Son Mireya y Mari Ángeles. Os deseamos todo lo mejor en el terreno
personal y profesional.
Pero ahora los vientos
soplan hacia otras latitudes y nos empujan a celebrar, con alegría, la
Graduación de la Tercera Promoción del IES “Miguel Crespo”.
Por lo
tanto, seré breve: Enhorabuena y gracias por ser vosotros mismos.
Un
abrazo.
Fernán
Núñez, a 25 de junio de 2001.
Director.
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