CAMPAÑA EN DEFENSA DE LA BIOLOGÍA Y GEOLOGÍA
(2003)
EXPOSICIÓN
DE MOTIVOS
1. UNA CIENCIA Y UNA
EDUCACIÓN PARA EL SIGLO XXI.
Vivimos en una sociedad en la que los
grandes avances científicos han propiciado el conocimiento, todavía
parcial, acerca del funcionamiento de nuestro cuerpo y de nuestro
planeta, así como el descubrimiento del origen y evolución del Universo
y de los seres vivos. Gracias a la Ciencia sabemos cuáles son las
consecuencias de nuestras acciones sobre los ecosistemas y asumimos la
responsabilidad que se deriva de este conocimiento. Fruto de estos
avances hemos conseguido la mejora de las condiciones de vida de gran
parte de la población, la curación de graves enfermedades y la
explotación de los recursos naturales para satisfacer las demandas de
una humanidad en expansión.
Pero estos logros no han llegado a todos
los rincones de nuestro planeta y, la desigual distribución de los
recursos naturales y de la riqueza que generan ha sido, y está siendo,
fuente de conflictos permanentes entre los diversos Estados que
constituyen “La Aldea Global” e incluso, en el interior de los mismos,
donde existen importantes bolsas de marginación y de pobreza. Además,
el uso irresponsable de la tecnología y las complejas interacciones del
ser humano con la naturaleza han provocado y están provocando un gran
número de problemas medio-ambientales, entre los que cabe destacar: la
contaminación del aire y de las aguas, la desertización y deforestación,
la sobreexplotación de los recursos (hídricos, energéticos, etc.), la
pérdida de hábitas y de biodiversidad, la proliferación de arsenales
químicos, biológicos y nucleares, la destrucción de la capa de ozono,
etc.
Por otra parte, la Humanidad sigue
sufriendo las consecuencias de las catástrofes naturales (inundaciones,
terremotos, volcanes, etc.), cebándose en los países en vías de
desarrollo; pero comienza a enfrentarse a ellas con nuevas herramientas
surgidas del campo de las Ciencias Geológicas, que están permitiendo
paliar sus efectos y, en el futuro, predecirlas y evitar la pérdida de
miles de vidas humanas cada año.
Este crecimiento exponencial del
conocimiento científico nos está planteando dilemas éticos que no
podíamos ni imaginar hace tiempo: clonación humana, selección sexual,
uso de embriones humanos con fines terapéuticos, xenotrasplantes,
organismos modificados genéticamente, órganos artificiales, etc.
Mientras tratamos de encontrar respuestas
a estos nuevos retos, asistimos al resurgimiento de sanadores,
astrólogos, echadores de cartas, y demás prácticas absolutamente
irracionales y fraudulentas, en las que una gran parte de la población
deposita la esperanza ( e importantes sumas de dinero) con el fin de
alcanzar una mayor felicidad.
Pero aún más próximos a la realidad de
nuestras aulas son los numerosos problemas a los que se enfrentan los
jóvenes cada día. Problemas de difícil solución y que pueden poner en
peligro su salud, su estabilidad emocional y su desarrollo integral como
personas y ciudadanos: drogadicción, embarazos en adolescentes,
enfermedades de transmisión sexual, trastornos de la alimentación,
publicidad engañosa, informaciones sin fundamento científico que se
extienden por la “red” sin control alguno, manipulación por parte de los
medios de comunicación, etc.
La EDUCACIÓN es la
principal herramienta que tienen las sociedades para afrontar con éxito
las soluciones a los problemas y a los retos que el ser humano tiene
planteados, y por ello, ha de primar, entre sus fines, la formación
de ciudadanos críticos y responsables, con unos conocimientos
científicos básicos y unos valores éticos medio-ambientales que les
permitan tener opiniones fundadas, tomar las decisiones más adecuadas y
actuar de forma libre y participativa en un mundo complejo y cambiante.
2. EL
INFORME PISA.
El informe PISA de la OCDE, que
sirvió para justificar la Ley Orgánica de Calidad de la Educación (en
adelante, LOCE), recoge los resultados de la evaluación de estudiantes
de 15 años en diversas materias. El mismo informe sitúa a España entre
los países con una peor puntuación en el campo de las Ciencias, lo
mismo que en Matemáticas y en habilidad lectora. En las pruebas
de Ciencias, los estudiantes españoles obtuvieron 491 puntos, en una
escala que va desde Corea, con 552 puntos, a Brasil, con 337, ocupando
un puesto comprendido entre el número 16 y el 22, de 32 Estados
participantes.
3. LOS OBJETIVOS DE LA
ESO EN LA LOCE Y EL ÁREA DE BIOLOGÍA Y GEOLOGÍA.
La LOCE establece, en su artículo 22.2,
que la Educación Secundaria Obligatoria (ESO) contribuirá a desarrollar
en los alumnos tres capacidades estrechamente relacionadas con las
Ciencias Naturales. Son las siguientes:
f) Concebir el conocimiento científico
como un saber integrado, que se estructura en distintas disciplinas,
matemáticas y científicas, y conocer y aplicar los métodos para
identificar los problemas en los diversos campos del conocimiento y de
la experiencia, para su resolución y para la toma de decisiones.
l) Conocer el funcionamiento del propio
cuerpo, para afianzar los hábitos de cuidado y salud corporales (...).
m) Conocer el entorno social y cultural,
desde una perspectiva amplia; valorar y disfrutar del medio natural,
contribuyendo a su conservación y mejora.
Es razonable pensar que, con el
horario previsto para el área de Biología y Geología, gran parte
del alumnado no pueda alcanzar estos objetivos.
Además, el desarrollo de la LOCE no va a
corregir las deficiencias que se detectaron en el informe PISA,
ya que los decretos previstos por el MEC no aumentan el número de horas
dedicadas a las Ciencias Naturales. Estos decretos de mínimos proponen
para 1º y 2º de la ESO, 70 horas/ año para las Ciencias de la
Naturaleza (que incluyen Biología y Geología y Física y
Química) y 45 horas/ año para la Biología y Geología de 3º en
los dos itinerarios (Tecnológico y Científico-Humanístico),
desapareciendo esta asignatura del currículo de 4º de ESO, como área de
carácter obligatorio, en los tres itinerarios, incluido el Científico;
mientras que el área de Física y Química se convierte en una asignatura
específica de este Itinerario (aunque desaparece del Tecnológico, al
menos, en 3º).
Esto supone un papel secundario para el área
de Biología y Geología en el proceso de alfabetización científica
de nuestro alumnado y, en particular, para aquel cuya orientación va a
estar ligada a este campo del saber.
3. SOCIEDAD, CULTURA Y
RELIGIÓN versus CIENCIAS, EN LOS DECRETOS LOCE.
Por otra parte, los mismos proyectos de
decretos establecen 35 horas en 1º y 3º de ESO y 70 horas en 2º y 4º de
ESO para una nueva asignatura evaluable denominada Sociedad, Cultura
y Religión, que tendrá dos enfoques, uno “religioso” y otro “laico”,
quedando el religioso en manos de la Iglesia Católica o de las
confesiones que mantengan acuerdos con el Estado. En total, 210 horas
(7,9 % del currículo) para unas enseñanzas de carácter confesional o
bien, propias del Área de Geografía e Historia, que, de esta
forma, vería aumentado su horario de forma indirecta, frente a la
siguiente carga horaria de las Ciencias Naturales:
·
Itinerario Tecnológico: 185 horas de
Ciencias (7 %), con 115 de Biología y Geología (4,3 %).
·
Itinerario Humanístico: 255 horas de
Ciencias (9,6 %), con 115 horas de Biología y Geología (4,3 %).
·
Itinerario Científico, sin cursar la
asignatura de Biología y Geología en 4º: 325 horas de Ciencias
(12,2 %), con 115 horas de Biología y Geología (4,3 %).
·
Itinerario Científico con Biología y
Geología en 4º: 395 (14,9 %), de las que solo 185 horas (7 %)
corresponderían al área de Biología y Geología.
Esto significa, en la práctica, que la
enseñanza religiosa prevalece sobre la propia alfabetización científica
del alumnado y que es más importante, a juzgar por el tiempo dedicado a
esta nueva asignatura, que el desarrollo de los contenidos del área de
Biología y Geología, en cualquier itinerario.
4. LOS OBJETIVOS DEL
BACHILLERATO EN LA LOCE.
Según el artículo 34.2 de la LOCE, el
Bachillerato contribuirá a desarrollar en los alumnos/as la capacidad de
“conocer y valorar de forma crítica la contribución de la ciencia y
la tecnología para el cambio de las condiciones de vida, así como
afianzar la sensibilidad y el respeto hacia el medio ambiente”.
Este objetivo no podrá lograrse si no se
contempla en el Plan de Estudios de todas las Modalidades de
Bachillerato asignaturas relacionadas con el medio-ambiente o se
introduce la Educación Ambiental de forma transversal en determinadas
áreas.
Además, la LOCE establece un Bachillerato
de Ciencias e Ingeniería en el que la asignatura Biología y Geología
queda relegada a un segundo plano frente a la Física y Química y
las Matemáticas, compitiendo con el Dibujo Técnico I en
1º. De esta forma, se corre el riesgo de formar alumnos/as que van a
cursar carreras Técnicas o Ciclos Formativos de Grado Superior sin la
sensibilidad medio-ambiental que se establece en los objetivos de
bachillerato y con unos conocimientos mínimos en las asignaturas de
Biología y Geología: los que desarrollaron en 3º o en 4º de la ESO,
si eligieron esta área como asignatura opcional. Así pues, estaríamos
formando Técnicos Superiores y Titulados Universitarios (Arquitectos e
Ingenieros) con los mismos conocimientos en las Ciencias de la Vida y de
la Tierra que otros titulados superiores, como Licenciados en Filología
Hispánica o en Historia del Arte y parecidos a los de aquellos que
abandonan sus estudios al finalizar la ESO.
5. LAS CIENCIAS Y LAS
LETRAS.
Hoy las fronteras entre las “Ciencias” y
las “Letras” son más difusas que nunca, y tanto la Biología como
la Geología juegan un papel muy importante en muchas carreras
universitarias no relacionadas directamente con las Ciencias de la
Naturaleza, así como en determinados Ciclos Formativos de Grado
Medio y Superior. Además de ciertas Ingenierías (Agrónomos, Montes,
Caminos, Obras Públicas, etc.), sucede lo mismo con otras Licenciaturas
como Ciencias de la Actividad Física y del Deporte, Geografía,
Psicología, Psicopedagogía, Filosofía, Diplomatura de Maestro, etc. o en
determinados ciclos relacionados con la Industria Agroalimentaria,
Actividades en la Naturaleza, Actividades Deportivas, Sanidad, etc.
6. LAS EXPERIENCIAS EN EL
AULA DE CIENCIAS.
Las Ciencias de la Naturaleza en
general y la Biología y Geología en particular requieren, para su
aprendizaje, la construcción activa del conocimiento por parte del
alumnado, mediante el desarrollo de trabajos prácticos y experiencias en
el laboratorio y en el campo, las cuales no pueden llevarse a cabo,
actualmente, por varias razones, entre las que destacan: la falta de
horario, el elevado número de alumnos/as por clase (hasta 30 en la ESO y
35 en Bachillerato) y las características especiales del alumnado de
secundaria obligatoria, con una capacidad de atención limitada y, en
muchas ocasiones, unas actitudes en clase que no favorecen la
realización de prácticas en las condiciones de seguridad y autonomía
que éstas requieren. Los decretos que van a desarrollar la LOCE no
contemplan este problema.
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