BUENAS Y
MALAS NOTICIAS
Cuentan que, a
finales de 2005, año que recordamos como el del cuarto centenario de El
Quijote y el de los 100 años de la Teoría de Relatividad, Miguel de
Cervantes y Albert Einstein, junto con la Consejera de Educación, se
detuvieron exhaustos en Fernán Núñez, tras visitar 237 colegios y 348
Institutos. Pero no fue para contemplar el estado de abandono de algunos
de sus centros educativos, sino para tomar aliento. En esta bella
localidad, nuestra jefa anunció a los homenajeados, reyes de la Cultura
Universal, una buena y una mala noticia.
Cervantes, gran
gourmet, pensando en términos de salmorejo y flamenquín con patatas
fritas, puntualizó que ambos preferirían antes la buena noticia.
La consejera, en
tono jocoso le contestó:
“La buena noticia
es... que ¡hoy cambiáis de calzoncillos!”.
Einstein, a la
velocidad de la luz y con una mezcla extraña de alegría y decepción,
preguntó:
“Entonces, ¿cuál
es la mala noticia?”
La Consejera
sentenció:
“La mala es... que
¡los cambiáis con el de al lado!”.
Como vemos, buenas
y malas noticias son hijas de la relatividad. Lo que es bueno en un
momento, puede ser malo un minuto después. Y eso es lo que voy a
ilustrar esta noche con dos o tres ejemplos más, hijos de esta
graduación.
Casi todos vosotros
finalizáis la ESO y el PGS con éxito. Habéis sido una buena promoción.
Yo diría que de las mejores. Abandonáis el centro como el que abandona
una pequeña cárcel: normas, sermones, exámenes, notas, llamadas a
padres, vigilancia de recreos, etc. Y eso siempre es una buena noticia.
Se acabaron las presiones del curso, los achuchones, tal vez, de última
hora, etc. Sin embargo, la mala noticia viene tras el paréntesis
veraniego, con una nueva etapa: otro curso, tal vez de Bachillerato o
Ciclo Formativo. O sea: mucho más estudio, otras normas, más nivel de
exigencia. O quizás la búsqueda de un primer empleo: madrugones, un jefe
al que aguantar y obedecer sin rechistar, o, en el peor de los casos, la
calle y el aburrimiento.
Otra buena noticia
es que quemáis una etapa de dependencia de vuestros padres, una vida de
menor libertad. Poco a poco iréis haciendo “vuestro corral”, como dice
el Koala, gozando de una mayor autonomía para decidir lo que queréis
hacer con vuestra vida. Y es aquí donde empieza la mala noticia. El
binomio (¡qué palabreja matemática!) formado por libertad más
autonomía equivale a responsabilidad. Fuera, en la calle, hay muchas
opciones que tomar. Unas son mejores y otras peores, pero la mayoría no
tienen vuelta atrás. Nadie decidirá por vosotros, como tampoco nadie
impedirá que sufráis por ello.
Entramos en la
recta final. La buena noticia es que este discurso se acaba, que dentro
de unos minutos vamos a pasar un rato divertido, disfrutando, además de
buena mesa y mantel y del partido de la selección. La mala noticia es
que en casa, en el cajón de la ropa sucia, os espera la ropa interior de
Cervantes y Einstein, para lavarla a mano.
Lo bueno es que
tenéis estas prendas a vuestra disposición, para vestiros interiormente
con esa Cultura que los profesores hemos querido inculcaros durante
estos cuatro últimos años.
Lo malo es que
pronto estas prendas se os quedarán pequeñas...
Y así, una sucesión
infinita de buenas y malas noticias. Pero eso es otra historia.
Solo me quedan dos
frases más: En nombre de todo el personal del IES Miguel Crespo,
¡Enhorabuena por vuestra graduación! Y ¡Hasta siempre!
Casimiro J. Barbado
López
Director
27 de junio de
2006.
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