Wangari
Maathai, Nobel de la Paz en
2004: "No son las cosas grandes las que marcarán la diferencia, sino más
bien los pequeños pasos que demos cada uno cada día". Es nuestra apuesta
en esta nueva andadura. Cambiemos el rumbo. Está a nuestro alcance. Cada uno de
nosotros, cada lector, cada periodista tiene en su mano más poder del que se
imagina. Con sus pequeñas decisiones diarias -qué compra, dónde, cómo va a trabajar,
cómo es su casa, a quién vota, dónde ahorra, qué come...- puede lograr que el
planeta se recomponga. Seguramente haya escuchado (probablemente también lo
haya pensado): "¿Para qué cambiar nuestros pequeños hábitos de consumo, si
quienes realmente ostentan el poder siguen comportándose igual?". Nos
minusvaloramos. Si nosotros exigimos otros productos, otras actitudes,
Gobiernos y empresas deberán adoptar otros registros. Confianza y optimismo.
Otro Nobel de la Paz, Martin Luther
King: "Si supiera que el mundo se ha de acabar
mañana, yo hoy aún plantaría un árbol". No se piden grandes esfuerzos, ni
siquiera renunciar a
1. Otras bombillas
Cambie las bombillas incandescentes por otras de bajo consumo.
Son más caras, pero duran hasta diez veces más, y gastan entre cuatro y cinco
veces menos. Éste era el primer consejo de la campaña de promoción de
2. Demasiada basura
Las bolsas de basura de nuestras casas no paran de engordar.
Otro síntoma más de la sociedad de consumo. En 1990, un español generaba una
media de 323 kilos de residuos domésticos al año; en 2004, esta cantidad había
aumentado a 524 kilos, según el Observatorio de la Sostenibilidad
en España. Recuerde la triple regla de oro para gestionar bien los residuos:
reducir, reutilizar y reciclar. La sociedad avanza en el reciclaje, pero no en
las dos primeras opciones. Del cerca de kilo y medio
de residuos que generamos cada uno al día en casa, casi medio kilo corresponde
a envases y envoltorios. Estos materiales son muy voluminosos, y a menudo
también superfluos e incluso complicados de reciclar. Debemos evitar comprar
productos con exceso de embalaje. Si seguimos esta sencilla regla, nuestras
bolsas de basura habrán solucionado buena parte de su sobrepeso.
3. El sol en casa
Las energías renovables se están implantando rápidamente. Los
paisajes se han llenado de aerogeneradores (en algunas zonas hasta en exceso,
con un impacto visual y auditivo sin calibrar). En poco tiempo se instalarán
también en plataformas marinas. Y, según las nuevas normas de edificación, toda
vivienda de nueva construcción debe incorporar unas superficies mínimas de
colectores solares. Además, existen subvenciones para instalar placas
fotovoltaicas; las compañías eléctricas están obligadas a comprar la energía
que se genere con ellas a un precio con incentivo. A pesar de ser un país
privilegiado en este sentido, a pesar del extraordinario potencial de sol con
que contamos, España está muy por detrás en instalación de paneles en casas
respecto a otros países, como Alemania y Austria, que soportan muchos más días
nublados.
4. Un jersey y un toldo
Si tiene calefacción individualizada, instale un termostato para
controlar el gasto. Antes de subir la temperatura o recurrir al aire
acondicionado, probemos otras opciones que no requieran energía, como ponerse
un jersey en invierno o generar corrientes cruzadas de aire en verano. Echemos mano
también de toldos, persianas y ventiladores en época de calor. Y vigilemos a
qué hora ventilamos las estancias. Si al final no son suficientes estas
medidas, al menos habremos reducido las necesidades de calor o frío de la
situación inicial. Recuerde, además, que las mejoras en el aislamiento de la
vivienda permiten obtener ahorros energéticos y económicos de hasta un 30% en
calefacción y aire acondicionado.
5. Desechos tecnológicos
Cuidado con la basura tecnológica; los aparatos electrónicos
contienen sustancias peligrosas. Una batería de cadmio del móvil puede
contaminar
6. Grifos en buen estado
Ojo con el agua. Revise todos los grifos de
7. Vigile las facturas
Compruebe cada mes las facturas de agua y energía para llevar el
control del consumo. Es más, propóngase bajarlo. Márquese un reto, un objetivo.
Si lo logra, doble satisfacción.
8. Al mercadillo
Compremos muebles duraderos. Esto no quiere decir que tengan que
ser nuevos, también podemos reciclar alguno o acudir a tiendas de segunda mano.
9. Gota a gota
Si tiene jardín, instale riego por goteo. Elabore su propio
abono (compost) con los restos orgánicos. Y cuide
mucho el uso de plaguicidas y fertilizantes químicos.
10. Cartas sin papel
Pidamos que las facturas y extractos mensuales lleguen a nuestro
correo electrónico en lugar de al buzón de cartas de casa. Menos papel que
tirar.
11. Conducir menos
La regla más importante para hacer más habitable nuestro entorno
urbano: conducir menos. El transporte público en España consume seis veces
menos energía, por cada viajero, que el privado, según datos del Instituto para
la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE). Los coches consumen ahora un
20% menos que hace 20 años, pero aun así, el transporte es responsable en
España de un tercio de las emisiones de CO2. Los datos cantan: está comprobado
que uno de cada diez viajes que se realizan en coche en la ciudad es para
moverse menos de
12. Eco-coches
Si nuestra única opción es el coche, busquemos uno que consuma
lo menos posible. Pensemos en las opciones de modelos híbridos. O en echar al
depósito biocarburante. En
www.idae.es podemos encontrar una
base de datos con el consumo de cada modelo. No olvidar que los vehículos más
grandes gastan más que los pequeños. Y buena parte de su consumo dependerá
también de la persona que esté al volante. Una conducción eficiente puede
reducir el gasto de combustible y la emisión de CO2 un 15%. Primera regla: una
velocidad moderada y constante.
13. Ciudad mediterránea
Si está buscando casa para alquilar o comprar, baraje seriamente
la posibilidad de vivir en el núcleo de la ciudad, preferentemente en un
edificio antiguo rehabilitado. No dejemos morir el modelo de ciudad
mediterránea, compacto, tan humano, y lo cambiemos por el de urbe extendida,
desperdigada, al estilo de las norteamericanas, una sucesión de urbanizaciones
en las que resulta difícil establecer relaciones entre vecinos y que nos
obligan a depender del vehículo privado.
14. Más zonas verdes
Reclamemos zonas verdes, pequeños pulmones para nuestra ciudad.
Cumplen una importante función psicológica. Está probado que en barrios con
zonas de esparcimiento verde, los niveles de conflictividad, estrés y depresión
de sus vecinos disminuyen. Son una válvula de descongestión. Y exijamos que no
se pierda la tradición del jardín árabe. En vez del uso de césped a diestro y
siniestro ?costumbre heredada de los húmedos países anglosajones?, pidamos
plantas autóctonas, que requieren menos riego y más imaginación.
15. Menos ruidosos
Un poco de silencio, por favor. Cuidar el medio ambiente no es
sólo por la salud del planeta, sino también por la nuestra, por el equilibrio
de todos los seres que habitamos
16. Ocio sin consumo
Elija un ocio menos consumista. No deje que la obsesión por
comprar le condicione y se convierta en el protagonista de su tiempo libre.
17. Más bicicletas
Muévase en bicicleta, si la orografía, clima y tráfico de su
ciudad lo permiten. Y si ve que no es seguro desplazarse sobre dos ruedas,
exija a su Ayuntamiento carriles bici.
18. Escapes
Avise a averías de los servicios municipales en cuanto detecte
un escape de agua en la red de distribución.
19. El brillo de las estrellas
Pida a su Ayuntamiento que la iluminación de las calles sea
eficiente y de bajo consumo, que no despilfarre luz hacia el cielo, que,
además, contamina las estrellas.
20. Más participativos
El 80% de la población europea y el 60% de la mundial viven en
ciudades. El ritmo de concentración urbana continúa a un ritmo cada vez más
acelerado. No adopte una actitud pasiva. Movilícese. La ciudad la hacemos entre
todos. Participe en movimientos y plataformas vecinales, y tenga en cuenta los
compromisos ambientales de verdad cuando vote.
21. La bolsa o la vida
Cuando vayamos a la compra, no olvidemos llevar nuestra propia
bolsa, cesta o carrito. Las bolsas de plástico suponen un coste ambiental
demasiado elevado para utilizarse en un único trayecto del mercado a casa.
Pueden tardar cientos de años en descomponerse; en sus poco más de 25 años de
historia se han convertido en una plaga. La web
www.reusablebags.com
asegura que cada minuto se fabrica en el mundo cerca de un millón de bolsas de
plástico. En España se estima que se reparten al año 10.500 millones de estas
bolsas, lo que equivale a más de 230 por persona. Ahorre al planeta sus 230
usando
22. Apueste por lo biológico
Apúntese a los alimentos ecológicos, también denominados
biológicos o bio. Provienen de una agricultura y una
ganadería extensivas que no usan productos químicos sintéticos para aumentar su
rendimiento o para luchar contra las plagas. España es uno de los mayores
productores de alimentos biológicos, pero la gran mayoría de lo obtenido se
dedica a la exportación. ¿Es que no sabemos apreciarlo nosotros? Apoye el
esfuerzo de estos agricultores y ganaderos que han decidido cambiar por el
medio ambiente.
23. El vidrio se recicla bien
¿Vidrio, tetrabrik, plástico o lata de
aluminio? ¿Cuál escoger cuando un mismo producto se puede encontrar en
diferentes envases? "Lo mejor es el cristal", opina Juan López de Uralde, director de Greenpeace
España, que asegura que no sale a la compra sin su cesto o su bolsa de tela. ¿Y
después del vidrio? Según dice, el plástico que no sea PVC y la lata resultan
más fáciles de reciclar que el tetrabrik. "De
todas formas, ante la duda, yo cojo el que ofrezca menos envase por más
contenido".
24. Un respeto a los peces
En la pescadería, debemos leer la etiqueta identificativa
de cada pescado. En ella ha de figurar el tipo de aparejo utilizado en su
pesca. Cuanto más selectivo, más sostenible (mejor con anzuelos o palangres que
con redes). Y recuerde: "Pezqueñines, no".
La talla mínima de una sardina debe ser de
25. Menos carnívoros
Para producir un kilo de trigo se necesitan unos
26. Cercanías
Compre productos locales, ya que para llegar hasta el mostrador
del mercado habrán requerido menores desplazamientos y, por tanto, menos gasto
energético.
27. Agua del grifo
Piense bien si merece la pena comprar agua embotellada cuando se
puede beber la del grifo. Incrementa el gasto en energía y creará un futuro
residuo.
28. Sin bandeja
Compre alimentos naturales a granel siempre que sea posible.
Reducirá envoltorios y ganará calidad. Evite llevarse a casa esas bandejas
blancas cada vez más habituales en el súper.
29. Alerta:
transgénicos
Uno de los enemigos número uno de los ecologistas son los transgénicos. Recomiendan no consumirlos porque, dicen,
todavía faltan pruebas que demuestren su inocuidad para la salud y el medio
ambiente. Su presencia debe ir notificada en la etiqueta del producto.
30. El pequeño comercio
Evitemos ir en coche a un establecimiento lejano si podemos
realizar la compra caminando sin salir del barrio. Apoye el pequeño comercio,
savia del modelo mediterráneo de ciudad.
31. Más sobriedad
Apueste por la vida simple, consuma menos, piense más. El
economista E. F. Schumacher terminó sus días como
agricultor y escribió el libro-filosofía Lo pequeño es bello. Toda una
filosofía de vida. Según el Informe Europeo sobre Adicción al Consumo, el 15%
de la población es adicta al consumo y un 46% de la juventud compra en exceso.
Pensemos un poco: los países desarrollados (un 20% de la población) emplean el
80% de los recursos naturales. Si todos los habitantes del planeta consumieran
a ese ritmo, la Tierra quedaría agotada en poco tiempo. Antes de comprar una
nueva prenda, un nuevo aparato, piense si realmente es necesario. Detrás de
cada objeto, por simple que sea, hay un consumo de energía, una generación de
residuos, un gasto de agua.
32. Piense en lo que tira
El escritor mexicano y premio Nobel
Octavio Paz se mostraba muy crítico: "Después de haber caído en la
idolatría de los sistemas ideológicos, el siglo XX ha terminado en la adoración
de las cosas". Antes de comprar, reutilice. Un poco de imaginación y
podemos ahorrarle muchos disgustos a la Tierra (y al bolsillo). Un cartón de
huevos puede reciclarse como un juguete para los niños; una botella bonita de
vidrio, de pequeño jarrón; los calcetines se pueden convertir en muñecos; con
restos de telas se pueden hacer colchas o mantas para el sofá. Hay cientos de
ideas. Y no queda cutre; todo lo contrario, le da un punto original a nuestra
casa, una decoración comprometida con el planeta.
33. Límites a la 'fast-fashion'
Somos muy críticos con la fast-food; pues lo mismo debemos hacer con la fast-fashion (moda rápida), prendas de usar y tirar que
apenas duran una temporada. Eso, desde el punto de vista ecológico, resulta una
aberración. Déles una segunda oportunidad a las cosas. Acuda a comercios donde
se vende ropa de segunda mano. Ayude a que todos estos objetos tengan una nueva
vida frente al impulso despilfarrador de acortar cada vez más su vida con lemas
como "está pasado de moda" o "redecora tu vida".
34. Más madera sostenible
La madera es un producto muy ecológico, pero cuando lleva el
nombre exótico de alguna especie tropical puede haber salido de la
deforestación de las últimas selvas vírgenes del planeta. Para estar seguros de
que el producto que queremos comprar procede de una explotación sostenible, lo
mejor es pedir madera certificada con el sello FSC (Forest
Stewardship Council). Si
exigimos este distintivo en todas las tiendas, ayudaremos a que se vaya
generalizando. Ya son 60 las empresas españolas que venden FSC.
35. Comercio justo
Cuando compra algo, ¿piensa de dónde viene? Granito de arena a
granito de arena, pequeña decisión a pequeña decisión, el consumidor puede
influir mucho en lo que se produce y cómo se produce. Hemos de tomar conciencia
de que nuestras acciones, por insignificantes que nos parezcan, tienen
consecuencias ambientales, sociales y económicas. Una recomendación: acudir a
las tiendas de comercio justo que han abierto diversas ONG. Hay cientos, con el
aval de asociaciones como Intermón-Oxfam.
36. Papel reciclado
En la papelería, compre productos (carpetas, libretas,
cuadernos, folios) elaborados con papel reciclado y sin blanquear con cloro.
37. Bancos con iniciativa
A la hora de ahorrar, acuda a aquellos bancos que sepa que
invierten una parte de sus beneficios en promover iniciativas sociales y
ambientales, como Triodos Bank.
38. La dignidad del trabajo
Ayude a mantener lo hecho con calidad y dignidad. Evite las
producciones industriales masivas en fábricas de países donde no tenga claro
que respetan a los trabajadores.
39. Juguetes y tiempo
No sature a los niños regalándoles juguetes que no van a
apreciar. Valoran más otras cosas: que los mayores les dediquen más tiempo o
les enseñen a fabricarse sus propios entretenimientos usando la imaginación.
40. Infórmese
Lea prensa, siga la actualidad, interésese por el mundo. Un
consumidor informado es un consumidor responsable. Así sabrá qué empresas son
más insostenibles.
41. Un habitante, una semilla
En el siglo XX, los 5.000 millones de hectáreas cubiertas de
bosques se redujeron a menos de 4.000 millones, según el Banco Mundial. Plante
un árbol. Y mejor de una especie autóctona. Aparte de la satisfacción de
asistir a su crecimiento y mejorar el paisaje en un país con tanta tendencia a
la desertificación como España, hay un dato fundamental para frenar el cambio
climático: por término medio, un solo árbol absorbe una tonelada de dióxido de
carbono a lo largo de su vida.
42. Cuidado con el fuego
Muy importante: evitar los incendios forestales. En la última década,
la media de superficie forestal calcinada en España ha sido de
43. Sin motores
Por las zonas rurales y los parajes naturales intente usar lo
menos posible los vehículos de motor, que rompen la calma que tanto nos gusta,
ahuyentan a los animales, trastornan la tranquilidad de los habitantes de los
pueblos y, en los caminos forestales, erosionan gravemente el suelo. Circular con
el todoterreno por todos los rincones es más hortera
y depredador que aventurero; lo mismo sucede con los quad,
desgraciadamente tan de moda. Infinitamente mejor es ir en bici, a caballo, en
burro o andando.
44. Mejor rehabilitar
Si busca una casa en el campo, es mejor que elija la
rehabilitación de una antigua edificación de pueblo que las nuevas
construcciones de urbanizaciones. Es posible que sea más engorroso y quizá
hasta más caro, pero la opción de la casa típica tiene más encanto, al final la
haremos más nuestra, y evitaremos los desarrollos urbanísticos indefinidos que
tanto están agrediendo nuestros paisajes. Esto mismo se puede aplicar a las
costas. Es mejor optar por lo ya construido que invadir más zonas naturales.
45. Denuncie las tropelías
Denuncie al Servicio de Protección de la Naturaleza de
46. Menos exploradores
Respete las normas de cada espacio natural en todo lo relativo a
zonas de acampada y de escalada. Muévase por estos espacios sin salirse de las
rutas habilitadas.
47. De pueblo en pueblo
El turismo rural es una magnífica manera de contribuir a las
modestas economías de la gente que vive en el campo y de ayudar a fijar
población en los pequeños pueblos.
48. El 'souvenir'
Una forma maravillosa de contactar con la naturaleza y
encariñarse con ella es fotografiarla. Una afición entretenida y mucho menos
impactante que meter ruido con un quad.
49. Cuestión de setas
A la hora de recoger setas, no hay que arrancarlas, sino
cortarlas con una navaja por el tronco. Además, lleve una cesta en lugar de una
bolsa de plástico para dejar que las esporas vayan desperdigándose.
50. El lenguaje natural
El
mundo natural es un libro que hay que saber leer. Podemos dotarnos de guías que
nos enseñen los nombres de aves, árboles, plantas, insectos, fenómenos
geológicos...